martes, 2 de junio de 2020

SOLUCIÓN CANTO DE SIRENAS



   
Ulises no quería quedarse junto a las sirenas, quería volver cuanto antes a su casa en Ítaca, pero como era muy curioso y siempre quería saber más, tampoco quería perderse ese canto mágico de las sirenas.
Para no dejarse embaucar por el canto de las sirenas, Ulises reunió a sus  compañeros y les pidió lo siguiente: atadme al mástil del barco, poned cera en  vuestros oídos, no hagáis caso de mis lamentos y no me soltéis aunque os amenace  de muerte.
Cuenta la leyenda que las sirenas emitían un canto al que nadie podía resistirse.  Cuando los marineros acudían a su llamada, los arrastraban a las profundidades y  morían ahogados. También a Ulises intentaron arrastrarlo a una muerte segura  diciendo: Ulises ven con nosotras a un paraíso natural donde abundan todo tipo de  exquisiteces: flores de loto, manzanas de oro, aves del paraíso, fuentes de agua  cristalina y dulces panales de miel.
De esta forma ingeniosa, el astuto Ulises, consiguió tres objetivos: escuchar el  bellísimo canto de las sirenas, seguir adelante en su viaje y no morir ahogado.

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